
La cosa es que este domingo pintaba mal: "la Campos" acechaba cada vez más de cerca mi televisor. En un acto desesperado por salvar alguna de las pocas neuronas que puedan quedar en este macabro cerebro, rebusqué entre las películas de casa, esas que tenemos pero que no hemos visto nunca y lo más curioso de todo es que no sabemos muy bien cómo llegaron allí. Pues esas. El caso es que vi la carátula de esta película: P. La semila del mal y pensé que mi domingo estaba salvado cuando encima del título leí: "basada en la leyenda oriental más aterradora". Pobre ilusa...
La película tailandesa se centra en la joven Dau (Suangporn Jaturaphut), la cual ha pasado toda su infancia en una pequeña aldea viviendo en el bosque junto a su abuela. Ésta la introduce en el arte de la magia para protegerse de los espíritus malvados, encontrar la suerte y la belleza o conocer los poderes curativos de las plantas. Siempre teniendo en cuenta no dañar a los demás.
La joven Dau va creciendo y la vejez se va haciendo más aparente en su abuela que cae gravemente enferma. Dau intenta sanarla con los remedios naturales que conoce, pero no surten efecto, así que decide ir a la ciudad a por medicinas para ayudar a su abuela. Allí la dependienta (que te vende comida, medicinas o un gato muerto si se lo pides) le comenta que si quiere medicinas necesita dinero para pagarlas y para ganar dinero tiene que trabajar...
Le habla de un posible puesto de trabajo, sin decir en ningún momento en qué consiste, pero le dice que se tiene que desplazar a Bangkok.
Dau acepta pensando únicamente en la precaria salud de su abuela. De camino a Bangkok, intenta recordar todo lo que ésta le ha enseñado, como las tres reglas que nunca debe de infringir: pasar por debajo de un tendedero (aun viendo la película esta regla sigue siendo igual de absurda, debe ser como en occidente pasar por debajo de las escaleras creo yo), puede traspasar sus conocimientos, pero nunca a cambio de otra cosa (no me queda a mí muy claro que incumpla esta regla, a menos que un beso se considere cosa) y jamás comer carne cruda (esta sí, se pone como la moñoño a comer carne cruda). Ya que un ser malvado podría crecer dentro de ella: el "PhiPi Borb" (De ahí la P. de la película) un ente con ansia de carne cruda y sangre.
A su llegada a Bangkok, Dau es llevada a un club de alterne, para poder salir adelante se ayudara de la magia llevándola a traspasar los límites y a traspasar las tres reglas. El futuro de Dau está sentenciado y con ella el de los de su alrededor.
Nota: 1/10
Lo mejor de la película: Paso palabra…
Lo peor de la película:a ver qué puedo decir sin ensañarme, déjenme que piense... La película es muy, pero que muy aburrida, lo del terror tailandés, no lo termino yo de pillar porque de terror nada, la caracterización de Dau poseída es de risa, parece la niña de The ring con ictericia. En este tipo de películas solemos disfrutar de un poco de casquería, pero noes el caso, algún salpicón de sangre y lo más heavy: ver como alguien le sale sangre de las orejas… no digo nada y lo digo todo. Un intento del director Paul Spurrier de hacer una crítica al turismo sexual que nos encontramos en Tailandia pero que se queda en una mera mención. Lo dicho, que si me hubiera ido a ver una exposición de Barbie hubiera podido disfrutar más imaginándomelas tirándose de los pelos o descabezadas.
En fin, señores, cuidado con los domingos y ¡felices pesadillas!
-Gina V-